
Biomarc. Ahorro, sostenibilidad, aislamiento térmico y acústico, capacidad para regular humedades por condensación e incrementar así el nivel de confort de tu hogar…
Unas propiedades que redundarán en un importante ahorro energético sin renunciar a espacio gracias a su rápida aplicación y a la experiencia acumulada por Biomarc durante los más de diez años que llevamos dedicados al aislamiento térmico de viviendas con celulosa. ¿Necesitas más razones?
¿Por qué celulosa?
La celulosa es un aislante natural compuesto en un 92% por papel de periódico reciclado preseleccionado. Para su fabricación, el papel de celulosa se mezcla con sales bóricas y se ensaca, precisando muy poca energía para su fabricación (5 Kwh/m3) en comparación con otros materiales aislantes como la fibra de vidrio o la lana de roca, que requieren 180 Kwh/m3.
Propiedades de la celulosa:
La celulosa, como aislante natural, combina, en un único material, protección térmica, acústica, control de condensación y protección al fuego. Además, la sal de bórax, el aditivo principal con el que se trata la celulosa en su proceso de fabricación, convierte la celulosa en un material anti-fúngico e imputrescible (repele insectos e impide la formación de hongos).
Beneficios de aislar una vivienda con celulosa:
El aislante de celulosa es apto para su aplicación tanto en viviendas de nueva construcción como en la rehabilitación energética de viviendas ya construidas, provocando en ambos casos un importante ahorro en facturas de calefacción o aire acondicionado, que puede situarse en una horquilla de entre el 30 y el 60% dependiendo de las zonas de la vivienda aisladas con celulosa.
Principales características del aislamiento térmico con celulosa:
- Libre de juntas: La celulosa, aplicada correctamente, forma un bloque de masa homogénea que evita los puentes térmicos.
- Aplicación rápida y sin apenas obra: No tendrás que renunciar a espacio. No contamina y no emite ningún tipo de gas o sustancia tóxica.
- Para toda la vida: La celulosa no se apelmaza, no mengua y no se asienta con el paso del tiempo, convirtiéndose en un aislante térmico natural para toda la vida.
- Regulador de humedad: La celulosa posee una alta capacidad para absorber, acumular y evaporar la humedad sin perder cualidades aislantes. En ningún caso debe plantearse que la celulosa subsane problemas de fugas de agua, lógicamente. Estamos hablando de la capacidad para regular humedades por condensación.
- Reacción al fuego: Gracias a los aditivos (bórax), la celulosa no se inflama, no propaga llamas y no se derrite.
- El desfase térmico de la celulosa: El desfase térmico de un material es el tiempo que tarda en transmitir la temperatura de un lado a otro de su grosor. Y su difusividad térmica es la capacidad del material para transmitir una variación de temperatura. Esa difusividad térmica es el resultado del cociente de la conductividad térmica por la capacidad térmica. Y, cuanto menor sea, mayor es el tiempo que tarda el calor, o el frío, en atravesar el material. La celulosa tiene una media de 10 horas, recogiendo el calor del día y liberándolo durante la noche, traduciéndose en un nivel de confort y ahorro muy significativo.