Seguimos trabajando para facilitar el ahorro energético a la vez que mejoramos los niveles de confort gracias al aislamiento térmico con celulosa que no sólo protege del frío y el calor, sino que además, gracias a las propiedades de la fibra de celulosa Isocell, proporciona un reseñable aislamiento acústico que favorece el descanso, la concentración en el caso de tener estudiantes en casa, por ejemplo, y la intimidad.
El caso que os traemos hoy pertenece a una actuación de Biomarc (entonces conocida como Ecomarc) en Cabanillas de Campo, en Madrid. La particularidad radica en que en esta ocasión llevamos a cabo el aislamiento mediante la técnica de insuflado accediendo a la cámara por el exterior de la fachada. Fachada y cubierta conejera. Como podréis apreciar en las imágenes, las molestias para el propietario de la vivienda fueron mínimas debido a que en ningún momento hubo que acceder al interior de la vivienda. En una única jornada de trabajo, el equipo de Biomarc aisló térmica y acústicamente la vivienda tanto en paredes como en cubierta. El ahorro estimado en este tipo de actuaciones supera con creces el 50% sobre los consumos previos al aislamiento térmico, que ABC cifra en un artículo en unos 400€, y que podría llegar a casi el 90% si se aplican otras medidas que tienen casi todo que ver con la calidad de las ventanas.