Hoy os presentamos una actuación llevada a cabo en Cardedeu, Barcelona, en una vivienda unifamiliar. Y la traemos de vuelta aquí y ahora sencillamente por un motivo: Sus propietarios confiaron en Biomarc -entonces Ecomarc- para aislar su vivienda, ¡dos veces!
La primera actuación de Biomarc en esta vivienda unifamiliar fue en 2008. En aquella ocasión, procedimos al insuflado de celulosa en paredes exteriores y cubierta. Pasados unos años, los propietarios decidieron acometer obras de reforma y ampliación de su casa y, nuevamente, confiaron el aislamiento de la parte nueva a Biomarc. Lo mas llamativo en esta actuación es que en una de las paredes aisladas años antes, se realizó una apertura para hacer un acceso a la parte nueva. Un agujero del tamaño de una puerta para comunicar la casa original con la ampliación. Pues como se puede apreciar en las imágenes de esta entrada, la celulosa que no se tocó seguía ocupando el mismo espacio, no se cayó, no había perdido densidad y seguía manteniendo el mismo aspecto del primer día.
En realidad no hay secreto: Este resultado sólo se consigue insuflando un aislante de primera calidad, en este caso celulosa, y aplicándolo con la densidad y la técnica adecuadas. Al fin y al cabo, es el resultado de la experiencia adquirida de Biomarc en todos estos años. El resultado, teniendo en cuenta que según el IDAE, el 47% de los consumos energéticos de una vivienda corresponden a la calefacción es un ahorro que estimamos por encima del 30% y una mejora del confort gracias a las propiedades de la celulosa.
Teniendo en cuenta, además, que se trata de una vivienda unifamiliar en la provincia de Barcelona, el ahorro en gastos de calefacción son aún más significativos. Por ejemplo, la OCU, citando como fuente al IDAE, señala que «las viviendas unifamiliares duplican el gasto de energía (15.513 kWH como media anual) de los pisos y bloques de viviendas (7.544 kWh)“.
En cualquier caso, aislar térmicamente una vivienda, sea piso o casa, con uno de los aislantes naturales más sostenibles del mercado como es la celulosa, siempre es rentable. Además del ahorro económico que propicia una vivienda más eficiente, no hay que olvidar otras propiedades que se tornan ventajas: el factor de aislamiento acústico, el aumento del confort y la salubridad gracias a las propiedades fungicidas… En definitiva, una inversión amortizable mediante al ahorro. Porque no hay que olvidar que cada grado de más que necesitemos para mantener la temperatura del hogar confortable supone entre un 5 y un 8% más de gasto en energía, según han explicado en su web Ecologistas en Acción.