
El insuflado de celulosa es una de las técnicas más habituales para llevar a cabo el aislamiento térmico de un piso o vivienda que disponga de cámara de aire. En el caso de esta vivienda de Cunit, Biomarc (antes, Ecomarc) insufló celulosa en paredes, desde la fachada exterior, y cubierta tipo conejera. Vayamos por partes:
Insuflado de celulosa en paredes para aislamiento térmico:
Como se aprecia en las imágenes, el proceso de aislamiento térmico mediante insuflado de celulosa es simple y rápido, sin apenas obra. Cuando además se puede o se decide acceder a la cámara que debe rellenarse con celulosa desde el exterior, las molestias para los propietarios de la vivienda y su familia son aún menores si cabe.
Básicamente se trata de perforar mediante taladro la fachada en una serie de puntos que garantizan que la celulosa se reparta de forma homogenea y compacte en el interior de la cámara de aire para, de esta forma, convertir lo que hasta ahora era una pared en un auténtico muro térmicos. A partir de ese mismo momento, una vez que la máquina y la manguera de insuflado han hecho su labor, las propiedades de la celulosa entran en acción y sus efectos se notan. No se ven, pero se notan: Y no sólo en el bolsillo gracias a la mejora de la eficiencia energética y, por tanto, a una menor demanda energética para mantener el nivel de confort adecuado, sino también en bienestar y calidad de vida gracias al aislamiento acústico y la capacidad para regular humedades por condensación.